viernes, 29 de agosto de 2014

Política y género (I)

Las relaciones humanas siempre han sido complejas. Nunca han podido evitar la pendiente de lo crítico, de lo arduo, de lo muchas veces también causa de dolor. De sobra sabemos que no existen ni las parejas, ni los padres, ni los hijos, ni los hermanos ideales. Sin embargo, que hoy como nunca lo crítico (en tanto le es intrínseco) no solo toque a las relaciones -con su mejor testimonio a la cabeza: las íntimas-, sino y sobre todo a las referencias desde las cuales éstas se han venido dando, debería conducirnos a una pregunta: ¿qué está sucediendo? Y más aún ¿hasta dónde lo que sucede nos afecta ? ¿Hasta dónde nos interpela acerca de sí esos actos con los que nos identificamos como mujeres y hombres, como sujetos individuales y colectivos capaces de intimidad y de exterioridad, son realmente prácticas de libertad fundamental? En el fondo, si son elecciones que llegado el caso permitirían virar la dirección de nuestras vidas. O como diría Pierre Bourdieu, nos ayudarían "a poner nuevamente en marcha la historia" (propia y ajena) al mostrarnos que las relaciones pueden adoptar otras formas [La dominación masculina, 1988, pp. 7-8].

Obvio que no pretendemos agotar algo que a todas luces se adivina complejísimo, pero sí dejar sobre el tapete lo que consideramos las claves de una cuestión que hace a la política cuando ésta va más allá de la gobernanza y la ética solo codificables. Que hace en concreto, a la decisión sobre cómo queremos y podemos inventar o reinventar la subjetividad; por tanto, a una recomprensión de lo político (la de construirnos) de calado.

Evidentemente, tras esto subyace una crítica concentrada. Precisamente la que desde las últimas décadas se viene haciendo a las determinaciones teóricas y prácticas con que Occidente ha entendido y domesticado lo humano. En el fondo, una crítica que parte de la siguiente problemática e interrogante: de la idea casi incuestionable de ser la persona humana el único ente vivo capaz de actualizar cierto fondo profundo, común a la especie ¿se sigue necesariamente que haya unas formas preestablecidas para ello? Para pensar ¿no?...

Pues bien, en la próximas publicaciones os proponemos volver más en concreto sobre el género y por qué y en qué sentido desde él se relee hoy la sexualidad. Para pasar luego a parte de las conclusiones que determinara quien hoy sigue siendo una referencia para los estudios de género, Michel Foucault. 
Y como ya sabéis, podéis escribirnos o llamarnos ante dudas o comentarios.
coachsergiolopezcastro@gmail.com
616 023 822
Un saludo cordial.

2 comentarios:

  1. Sería interesante releer a Silvia Federici, en particular su célebre libro 'Calibán y la bruja', donde hace una lectura crítica de Foucault.

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  2. Tienes razón Blas.
    De todos modos creo que son planteamientos complementarios.
    Por otro lado, hay que recordar que proceden de sospechas críticas diferentes: la marxista en el caso de Federici, la nietzscheana en el caso de Foucault.
    Como siempre, gracias por tus lúcidos aportes.
    Un saludo.

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