lunes, 22 de diciembre de 2014

¡Os ha nacido un Salvador!

Cuando la razón sirve al cuidado del hombre, no a las ideas que sobre él pudieran tenerse, suele ocurrir que se llega a certezas existencial-espirituales incómodas para determinados discursos: el político, el religioso, pero también el científico-académico:

"Solo la plena experiencia de la capacidad de nacer puede conferir a los asuntos humanos fe y esperanza, dos esenciales características de la existencia que la antigüedad ignoró por completo, considerando la fe como una virtud muy poco común y no demasiado importante y colocando la esperanza entre los males de la ilusión. Esta fe y esperanza en el mundo encontró tal vez su más gloriosa y sucinta expresión en las pocas palabras que en los Evangelios anuncian la gran alegría: ´Os ha nacido hoy un Salvador`". 
(cf. H. Arendt. La condición humana, cap. IV) 

Pero sea lo que sea qué se diga... he ahí el hecho. Acogerlo en su profundidad y entenderlo, solo depende de nuestra libertad. Por eso nuestro deseo:

"Que en estos días, en la mayor libertad de la que seamos capaces, podamos saborear los destellos que nos hablan de que ´Ha nacido un Salvador`. 

Solo así el nacer -nuestro nacer- recuperará la potencia necesaria para hacernos cargo de nuestra vida y de la de los demás. 

Solo así la fe y la esperanza volverán a anidar en el mundo".


miércoles, 17 de diciembre de 2014

El hombre frente a los otros (I)

Hablar del hombre frente a los otros es hablar de ´alteridad`. De la condición de ser otro desde la perspectiva del yo, de uno mismo. Perspectiva que filosóficamente supondrá descubrir, comprender y acoger la concepción que del mundo tenga el otro. Otro que tiene costumbres, tradiciones y representaciones diferentes; precisamente las razones por las cuales forma parte del ´ellos`, no del ´nosotros`. Así, la ´alteridad` implicará ponerse en el lugar de ese otro, alternando entonces puntos de vista propios y ajenos.

Si bien es cierto que la reflexión en torno a lo que el término comprende, así como el uso del mismo, es predominantemente un producto del siglo XX (en tanto relectura de los procesos de subjetivación que en la tardo-modernidad eclosionarán tras las teorías de la sospecha primero y luego de la teoría crítica, el neo-marxismo y el estructuralismo), la ´alteridad` en cuanto comprensión del otro es un fenómeno presente a lo largo de toda la historia. Siempre la imagen del otro ha sido la referencia a partir de la cual todo sujeto, el yo de un tiempo y espacio particular, ha labrado y adquirido su auto-comprensión.

Paradójicamente, hemos sido ¿y habremos de preguntarnos si lo seguimos siendo? por oposición al otro. Pues bien, esta comprensión-por-oposición podría ser revisada -sumariamente- desde un enfoque tripartito en el cual deberíamos incluir tres momentos:
     a) el de la exclusión, en referencia al mundo antiguo y medieval,
     b) el de la convivencia pactada, en relación al mundo moderno occidental, y
     c) el de la convivencia querida que, como dinámica en ascenso aún no generalizada, se correspondería con nuestro estar en el mundo.

De estos tres momentos hablaremos en nuestra siguiente publicación.

Quedamos como siempre a vuestra disposición.
Escribidnos o llamadnos:
sergiolopezcastro.tf@gmail.com
616 02 38 22
Un saludo cordial.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Nuestros Diálogos 2014-2015: ¿Qué es el hombre?

¿Qué sea el hombre? supone reconocer en primer lugar la destrucción de la imagen jerárquica del pensamiento antiguo y medieval respecto al moderno y el nuestro. Así, mientras para los primeros las formas mentales explicativas de lo real, en tanto unidades coherentes e idénticas a sí mismas, no merecen ponerse en duda, a partir de la modernidad el problema será justamente explicar cómo llegan a tener cohesión y sentido unitario los contenidos agrupados tras nuestras percepciones y conceptos. Así, mientras aquellos creían saber qué fuera el hombre y todo en general, para el hombre moderno, el mundo (y en él lo humano) se presentará como desmenuzado en átomos y sensaciones, en partes dispersas de las que luego él tendrá que hacer, mediante la experiencia, una totalidad. Entendiendo a su vez que dicha experiencia tan solo le ofrecerá hechos, nunca realidades necesarias.

Con todo, en el desplazamiento explicativo de la cuestión -de las certezas a las dudas, de la sustancia a la relación-, la búsqueda de aquello esencial del hombre se dirimirá dentro de tendencias que si bien han sido y siguen siendo opuestas: la naturaleza o la cultura, lo inconsciente o lo histórico-social, han aglutinado nuevas profundizaciones acerca de la misma. Con lo cual ´conocernos a nosotros mismos`, aún a riesgo de que nuestra especificidad nos siga siendo ignorada, sigue siendo el centro de nuestro anhelo y conocer. Pero claro, un anhelo y conocer claramente determinados por todo lo otro que pueda aparecer frente a nosotros. Especialmente por ese otro que junto a nosotros, anhela y se pregunta lo mismo… Recordando a Martín Buber (1878-1965):

" El hecho fundamental de la existencia humana es el hombre con el hombre. Lo que singulariza al mundo humano es, por encima de todo, que en él ocurre entre ser y ser algo que no encuentra par en ningún otro rincón de la naturaleza... un ser busca a otro ser, como este ser concreto, para comunicar con él en una esfera común a los dos, pero que sobrepasa el campo propio de cada uno... el ´entre`..."


Quedamos como siempre a vuestra disposición.
Un saludo cordial. 

domingo, 2 de noviembre de 2014

Política y género (IV)

En nuestra última publicación -recordando a Michel Foucault- veníamos a decir que la idea que hoy tenemos de sexualidad se fundo como una forma de sujeción, como una determinación tanto para unas anatomías como para otras.

Así las cosas, y volviendo sobre la relación existente entre política y género (género que a estas alturas va más allá de cómo pensamos y tratamos lo femenino), recordemos algo de lo ya apuntado: que las actuales relaciones sexuales, no solo las genitales, podrían adoptar formas diferentes. Que podríamos volver a poner en marcha la historia personal y colectiva [Bordieu, P. La dominación masculina, 1998, pp. 7-8].

De ahí la invitación a preguntarnos -serenamente- si ante el paso de una sociedad familiar a una sociedad de individuos, el avance de los valores juveniles y feministas, la crítica y crisis de la identidad masculina tradicional y los nuevos mecanismos tecnológicos de reproducción de la especie: ¿debemos seguir pensando la afectividad, el deseo y los actos sexuales solo desde la "verdad científico-moral moderna"? Es decir desde los criterios del discurso sexual que a partir del siglo XVII se impusieron especialmente en la sociedad occidental.

En otros términos, se trata de repensar nuestra subjetividad, identidad y sexualidad en medio de un tiempo donde es evidente que existe un proceso de cambio que va desde la sexualidad coitocéntrica organizada en torno a la pareja heterosexual hacia nuevas modalidades de expresión psico-afectivas-sexuales [cf. Berger, P. - Luckmann, T. La construcción social de la realidad, 1993, pp. 60-70].

¡Y vaya si nos toca la cuestión!
Podéis como siempre escribirnos o llamarnos:
sergiolopezcastro.tf@gmail.com
www.facebook.com/terapiafilosoficasergiolopezcastro
616 02 38 22
Os dejamos un saludo cordial.

lunes, 6 de octubre de 2014

Política y género (III)

Para retomar nuestro tema, partamos hoy de unas provocadoras palabras: “la sexualidad como concepto no tiene más de tres siglos”. Pertenecen a Michel Foucault, quien se interesó por el tema desde una intención más bien práctica que intelectual. En efecto, con su indagación, el autor francés buscaba señalar las coartadas con las que el poder habría contribuido a edificar la identidad personal a partir de lo sexual.
Una identidad que definida desde lo que él llamó los "discursos sobre la sexualidad", determinó a partir de los siglos XVII y XVIII toda una administración (o política) del cuerpo. Precisamente la que cimentada sobre la idea de lo verdadero y lo falso, aglutinó el saber científico acerca de la normalidad con la necesidad, originalmente religiosa, de decir siempre la verdad sobre el propio cuerpo.

Foucault pudo establecer así, que frente a la designación que griegos y romanos habían hecho de los actos sexuales: los aphrodisia (en el sentido de un arte erótico, pero no de una definición de la identidad personal a partir de lo biológico o las mismas prácticas sexuales) desde el siglo XVII Occidente fue estableciendo sobre lo sexual todo un dominio coherente y fundante de lo individual: la scientia sexualis (la forma científica del discurso sobre lo sexual).
De este modo, los cuerpos humanos comenzaron a ser más claramente utilizados, cuadriculados, encorsetados. No por obedecer a una represión de la carne, al viejo modo cristiano, sino porque la sexualidad aparecerá como un amplio campo estratégico en el que ligando discursos, tácticas y modos de subjetivación, se puede ejercer el poder en función de unas necesidades productivas.

Un poder capaz de definir un tipo de placer distinto al del arte erótico antiguo… un poder que ha descubierto el placer de vigilar. Comienzan los tiempos en que los cuerpos -determinantes de la persona jurídica y social, de lo que "correctamente se es"- serán educados y reconducidos, en la familia, la escuela, la fábrica, el hospital, el manicomio, la cárcel... "Se funda entonces, nuestra sexualidad".

domingo, 7 de septiembre de 2014

Política y género (II)

Pero ¿qué es el género en concreto? Hace un tiempo señalábamos que la palabra alude a una construcción social, no a la separación natural de roles inherente a la condición biológica de los sujetos. Por tanto, la analogía o sinonimia semántica que a veces se hace entre los términos género y sexo sería errónea. Un error que por otra parte, más allá de sus causas: socializar lo biológico o biologizar lo social, podríamos leer como un intento renovado por definir cuáles serían las normas exactas, normativizadoras de la subjetividad humana. De donde se deduce que no haya que utilizar el término género como sinónimo culturalista de sexo; desde el punto de vista de las ciencias sociales no es exacto hablar de los géneros femenino y masculino. Así, al hablar de género nos estamos remitiendo a una categoría relacional, no a una simple clasificación de los sujetos en grupos identitarios. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS), dice del género: referencia a los roles socialmente construidos, comportamientos, actividades y atributos que una sociedad considera apropiados para hombres y mujeres. De este modo, en términos generales, el término guardaría relación con unas diferencias sociales que no tendrían su razón de ser en la tan esgrimida naturaleza.

Ahora bien, no utilizar el término género como sinónimo culturalista de sexo, no quiere decir que lo desvinculemos de la sexualidad, sino que a ésta la estaríamos afincando no en factores genéticos, sino en factores culturales. En definitiva, lo que los estudios antropológicos y sociológicos de la primera mitad del siglo XX vinieron a decir (contra el discurso que sobre el sexo había establecido la medicina) al comprobar empíricamente que no siempre las diferencias biológicas entre varones y mujeres justificarían las diferencias o desigualdades sociales establecidas. De ahí que para comprender mejor la cuestión, haya que revisar qué se ha dicho sobre el sexo en relación a unos cuerpos determinados, y qué sobre los roles privados y públicos de unos y otros.

Pues bien, para ello, en breve os contamos algo acerca de la historia de la sexualidad. En tanto, os dejamos un pequeño corto de animación de hace unos años, realizado precisamente desde la perspectiva que nos ocupa.


Y como ya sabéis, podéis escribirnos o llamarnos. 
coachsergiolopezcastro@gmail.com
616 023 822
Un saludo cordial.

viernes, 29 de agosto de 2014

Política y género (I)

Las relaciones humanas siempre han sido complejas. Nunca han podido evitar la pendiente de lo crítico, de lo arduo, de lo muchas veces también causa de dolor. De sobra sabemos que no existen ni las parejas, ni los padres, ni los hijos, ni los hermanos ideales. Sin embargo, que hoy como nunca lo crítico (en tanto le es intrínseco) no solo toque a las relaciones -con su mejor testimonio a la cabeza: las íntimas-, sino y sobre todo a las referencias desde las cuales éstas se han venido dando, debería conducirnos a una pregunta: ¿qué está sucediendo? Y más aún ¿hasta dónde lo que sucede nos afecta ? ¿Hasta dónde nos interpela acerca de sí esos actos con los que nos identificamos como mujeres y hombres, como sujetos individuales y colectivos capaces de intimidad y de exterioridad, son realmente prácticas de libertad fundamental? En el fondo, si son elecciones que llegado el caso permitirían virar la dirección de nuestras vidas. O como diría Pierre Bourdieu, nos ayudarían "a poner nuevamente en marcha la historia" (propia y ajena) al mostrarnos que las relaciones pueden adoptar otras formas [La dominación masculina, 1988, pp. 7-8].

Obvio que no pretendemos agotar algo que a todas luces se adivina complejísimo, pero sí dejar sobre el tapete lo que consideramos las claves de una cuestión que hace a la política cuando ésta va más allá de la gobernanza y la ética solo codificables. Que hace en concreto, a la decisión sobre cómo queremos y podemos inventar o reinventar la subjetividad; por tanto, a una recomprensión de lo político (la de construirnos) de calado.

Evidentemente, tras esto subyace una crítica concentrada. Precisamente la que desde las últimas décadas se viene haciendo a las determinaciones teóricas y prácticas con que Occidente ha entendido y domesticado lo humano. En el fondo, una crítica que parte de la siguiente problemática e interrogante: de la idea casi incuestionable de ser la persona humana el único ente vivo capaz de actualizar cierto fondo profundo, común a la especie ¿se sigue necesariamente que haya unas formas preestablecidas para ello? Para pensar ¿no?...

Pues bien, en la próximas publicaciones os proponemos volver más en concreto sobre el género y por qué y en qué sentido desde él se relee hoy la sexualidad. Para pasar luego a parte de las conclusiones que determinara quien hoy sigue siendo una referencia para los estudios de género, Michel Foucault. 
Y como ya sabéis, podéis escribirnos o llamarnos ante dudas o comentarios.
coachsergiolopezcastro@gmail.com
616 023 822
Un saludo cordial.

viernes, 15 de agosto de 2014

Entre Diálogo y Diálogo, vamos al cine...

Hace pocos días nos proponíamos pasar al fruto de nuevos diálogos. Precisamente al surgido de abordar algo tan complejo y actual como lo político desde el punto de vista del género. Es decir -como en otras oportunidades- de tratar lo político en cuanto gobernabilidad antes individual que colectiva. Y en este caso desde la visión que hoy las ciencias sociales hacen de la sexualidad en tanto que construcción social, es decir, desde lo que entendemos como género. Visión que viene a dinamitar la hasta ahora acabada e impuesta correspondencia entre sexo anatómico, sexo jurídico y sexo social.
Una cuestión sin duda controvertida. Quizá por tocar, aunque de ello no seamos siempre conscientes, numerosísimos aspectos de nuestra vida: desde cómo nos concebimos en lo personal, a cómo planteamos nuestro estar en el mundo del mejor modo posible. Por eso, antes de entrar en materia, nos parecía oportuno recomendaros ver la última película de María Sole Tognazzi: Viajo sola.


No se trata de una comedia al uso, tampoco de una película redonda. Pero entre líneas da mucho que pensar: felicidad vs. bienestar, libertad vs. soledad, intimidad vs. sexualidad/genitalidad. Evidentemente las cuestiones a las que nos relanza contemplar el propio cuidado y el de los otros desde un punto de vista -el del género- que pone bajo la lupa, por tanto en crisis, todas nuestras referencias acerca de lo relacional: uno mismo, la pareja, los hijos, etc. De hecho lo que la propia directora señala en la entrevista que le hiciera Andrés Arconada.


Esperamos que como introducción al tema os resulte interesante.
Como siempre, podéis escribirnos o llamarnos.
coachsergiolopezcastro@gmail.com
616 023 822
Os dejamos un saludo cordial.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Ética y Medios de Comunicación (IV)

Al hilo de nuestras líneas anteriores, y ya para pasar al fruto de nuevos diálogos, os dejamos el lúcido y claro análisis que de la manipulación mediática hace Felipe López Aranguren. Hijo del conocido filósofo y ensayista, miembro de la Asociació Catalana per la Pau y colaborador del Centro de Investigaciones para la Paz, como sociólogo destaca -como dice Jesús Martínez en una entrevista que le hiciera en 2009- por hacerse siempre eco de su tiempo, con sus paréntesis, remisiones y salvedades.
Seguro que os gustará. Y lo mejor, veréis reflejado vuestro sentir y pensar respecto a la cuestión que hasta aquí nos ha ocupado.


Quedamos como siempre a vuestra disposición. Escribidnos o llamadnos.
c. Perpetuo Socorro 4, oficina 3 - 50006, Zaragoza
coachsergiolopezcastro@gmail.com
616 023 822
Hasta pronto.

miércoles, 23 de julio de 2014

Ética y Medios de Comunicación (III): nosotros como opinión pública

Antes de irnos de vacaciones, decíamos que los complejos problemas éticos que rodean la gestión de los Medios de Comunicación, nos ponían frente al hecho de nuestra propia constitución como opinión pública. Es decir, frente a nuestra responsabilidad, ante el medio que sea, de lo que fuere toda su programación y el tratamiento de la misma. Esto porque sea o no lo tratado explícitamente informativo, siempre se corresponderá con alguna de las funciones propias de todo medio: informar, formar y educar, entretener y persuadir (Sabés, F. - Verón, J. La eficacia de lo sencillo. Introducción a la práctica del periodismo. Ediciones Comunicación Social, Sevilla - Zamora, 2006). Por lo tanto, sean éstos aspectos los que sean: desde la noticia de la imputación de la Infanta Cristina en el caso Nóos, hasta el más trivial que aporte la prensa rosa, siempre querrán ejercer sobre nosotros un cierto poder.

De ahí que -al no ser información y conocimiento lo mismo- nuestra responsabilidad como opinión pública termine suponiendo, velar tanto por lo ético de los datos que nos llegan y la ética con la cual nos son transmitidos, como construir con o a partir de ellos auténtico conocimiento. Esto porque si bien información y conocimiento se relacionan, que la primera sea necesaria para lo segundo, no debe hacernos pensarla como suficiente. Una cuestión esta última, donde quizá convenga recordar ciertos criterios que a la hora de conformarnos como opinión pública autónoma y crítica serán claves. Estos "Criterios de Noticiabilidad" se refieren a "aquello" que haría que unos datos sean o no relevantes. Por lo tanto, a eso que nos permitiría ejercer ciertas selecciones, tal vez no al momento de elegir ver-leer esto o aquello, pero sí al momento de procesar lo visto o leído. Entre estos criterios tendríamos:
   1. Los llamados clásicos: actualidad, imprevisibilidad, cuantificación, proximidad, conflictividad, negatividad..., y
   2. Otros agregados últimamente: impacto social, interrelación global, calidad y repercusión de los protagonistas, patetismo, apreciación de conflicto futuro, superación científico-tecnológica.

Ahora bien, más allá de estos criterios, sí como decíamos partimos de una realidad ética donde la objetividad como reflejo de la verdad absoluta no existe y la responsabilidad última y efectiva frente a la gestión de los Medios de Comunicación cae de nuestro lado, quizá sí nos quede de cara a estos, un criterio de eticidad fácilmente exigible: el de la honestidad que estos deben desarrollar a la hora de presentar sus funciones. ¿Qué quiere decir esto? Pues que frente al hecho de una verdad que por poliédrica (la verdad como el ser se dice de muchas maneras) se concreta en multitud de posibles relatos publicables, el medio en cuestión debería velar por la honestidad de presentar su labor desde el nombramiento que hará de la verdad. En otras palabras, desde el declarar y respetar el punto de vista desde el cual gestiona los datos. 

En resumen, será clave en nuestro hacer como opinión pública libre y pensante, que evaluada la relevancia de lo que el medio y formato comunicativo que sea vaya a aportar, simultáneamente velemos y exijamos que el punto de vista o interpretación que el medio en cuestión elija, sea declarado y respetado hasta sus últimas consecuencias. ¡Ante lo inevitable de verdades poliédricas, que al menos en todo momento se declare cuál será el punto de acceso a las mismas!   

Como siempre, podéis escribirnos o llamarnos:
coachsergiolopezcastro@gmail.com
616 023 822
Os dejamos un saludo cordial.

lunes, 9 de junio de 2014

Ética y Medios de Comunicación (II): frente a la imposibilidad de la verdad absoluta, la necesidad de cierta objetividad

En nuestra última publicación nos metíamos de lleno -dentro de lo que es la compleja relación  Ética - Medios de Comunicación- en la irresoluble tensión entre lo que debería ser el servicio a prestar por los últimos y lo que efectivamente realizan. Irresolución que obviamente va a desembocar en el reto que supone posibilitar unos índices estimables de objetividad frente a la imposibilidad de la verdad como absoluto. Una cuestión que por teórica que parezca, debemos intentar revisar dado que la respuesta que a la misma demos, será desde donde construiremos la comprensión de nuestra responsabilidad personal y colectiva frente a los Medios en cuestión. Es decir, desde donde nos construiremos como opinión pública. Pero ¿por qué afirmamos lo que afirmamos respecto a la verdad y la objetividad?

1º ¿Simplemente porque la información muchas veces no es suficientemente contrastada, dando por ende lugar a una opinión pública larvada de falsedad, es decir, sustentada en la falta de veracidad? 

2º ¿Por qué la difícil relación Ética - Medios pasa por la intermediación de una opinión pública madura y crítica? O lo que es igual ¿por la existencia de una opinión pública independiente?

3º O en vinculación a lo anterior ¿por qué ante la realidad de lo humano y el acceso a la misma, nunca arribaremos a puntos absolutos de claridad? Cuestión de la que podríamos derivar la pregunta ética acerca de ¿cómo lograr entonces una claridad suficiente en nuestro acceso a dicha realidad?

En el fondo, consideraciones que si bien a un nivel: el de la información en estado bruto, pueden generar bastantes acuerdos (es deseable que la opinión pública se edifique sobre un tratamiento de las noticias suficientemente contrastado) a otro nivel: el de la complejidad de lo real y el de su consecuente conocimiento y comprensión, quizá termine desatando tan solo perplejidades. Perplejidades que seguramente nos llevarán a poner también bajo la lupa y picota de nuestra responsabilidad, el poder que -consciente o inconscientemente- hemos transferido a los Medios de Comunicación. Esto, cuando paradójicamente no existe base legal para que se erijan en nuestros representantes. Algo que por otro lado nos llevará a preguntar, y con ello terminamos ¿qué cosa de nosotros mismos representan -y a la vez retroalimentan- los mass media con su actual gestión de la comunicación?
Quedan por tanto emplazadas las cuestiones que hacen a nuestra configuración como opinión pública. En breve, avanzamos sobre la cuestión...

Quedamos como siempre a vuestra disposición.
c. Perpetuo Socorro 4, oficina 3 - 50006, Zaragoza
616 023 822
coachsergiolopezcastro@gmail.com
Un saludo cordial.

jueves, 8 de mayo de 2014

Ética y Medios de Comunicación (I): entre la complejidad y la manipulación

Así como en su momento los versos de Brecht sobre el "analfabeto político" oficiaron de acertada provocación en relación a la actual crisis de gobernabilidad que padecemos, quizá las palabras de Gabilondo sean de las más adecuadas a la hora de introducirnos críticamente en el complejo mundo de la información y el conocimiento, y al de sus implicancias para la gran y pequeña política. En El fin de una época. Sobre el oficio de contar cosas [Barril Barral, 2011], el periodista vasco señalaba que:

"Hoy en día la sociedad ha alcanzado un punto en el que la información tiene una utilidad ritual en la vida de las personas… Sin embargo, tengo la impresión de que el gran público busca en la información la cobertura de una necesidad básica para poder vivir en sociedad… 
Con todo, uno de los grandes enemigos de la información, es el modo en que se vive el presente… En efecto, los inconvenientes de una vida acelerada hacen cada vez más difícil dedicar tiempo a todo aquello que precisamente requiere de bastante tiempo para alcanzar un mayor nivel de profundidad…
El famoso paso de la información al conocimiento es ciertamente complicado. La información no es conocimiento, es solo la primera llave, la puerta que conduce al conocer...
En la actualidad nos encontramos en la situación más peligrosa del mundo, porque quienes han descubierto que la gente tiene poco tiempo están convirtiendo el lenguaje de la información en el lenguaje de la píldora, de la publicidad, de la promoción… 
La consecuencia es ese viraje del periodismo hacia el lenguaje de la intoxicación y la propaganda, es decir, la manipulación. Yo creo en la complejidad. Pero aún así, tengo la impresión de que en este oficio, sobre todo en la radio y en la televisión, es casi imposible el relato de la complejidad..."

Sin duda, palabras que de lleno nos zambullen en la tensión irresoluble entre lo que debería ser el servicio a prestar por los Medios de Comunicación y lo que efectivamente realizan. Palabras e irresolución que a la vez entroncan con el gran reto de posibilitar unos índices estimables de objetividad frente a la evidente imposibilidad de la verdad como absoluto.
Pues bien, como introducción al debate suscitado en nuestros Diálogos Filosóficos os quedan estas líneas. En breve continuamos...

Y como siempre quedamos a vuestra disposición. Escribidnos o llamadnos.
Perpetuo Socorro 4, oficina 3 - 50006, Zaragoza
coachsergiolopezcastro@gmail.com
616 023 822
Os dejamos un saludo cordial.

domingo, 9 de marzo de 2014

Ética y Política (III): la responsabilidad de nacer a nuevas libertades

Proseguimos y terminamos hoy con lo que en nuestros Diálogos Filosóficos veíamos acerca del tema que hace tiempo nos ocupa. Frente a lo no-ético de la política de nuestros actuales sistemas democrático-representativos, nos preguntábamos ¿qué responsabilidad, en el sentido de respuesta, nos cabría ejercer como ciudadanos? Una pregunta que desde el principio vimos debía articularse con la posibilidad de un re-descubrir otros sentidos para lo llamado político. Sentidos en los que sí fuera viable un responder más desde máximos, por ende, un responder posibilitador del bienestar que la pura representación democrática no quiere o no puede darnos. Esto porque es cada vez más evidente que la máxima extensión del concepto de hombre como sujeto de derechos no logra vehiculizarse ética y políticamente, es decir, no logra plasmarse en espacios verdaderamente favorecedores de eso humano reconocido.

De ahí que, a pesar de la decepción reinante frente al ejercicio de la gobernabilidad y las consecuentes, primero, protesta y movilización, y segundo, desafección, surja un común interrogante: ¿dónde y cómo vivificar nuevos sentidos para eso que desde el acicate de un Bertold Brecht descubrimos y asentimos como inevitable: ser sujetos políticos? En otros términos: ¿a qué actuación política deberíamos encaminarnos? Por otro lado, un interrogante frente al cual -a partir de tocar con cuestiones ideológicas de calado como son las ideas de hombre y de verdad que soportan o sostienen nuestra cultura global- constatamos una sospecha: la del difícil acceso a la realidad dada la manipulación larvada que realpolitik y mass media implícita o explícitamente ejercen al momento de hacernos con la misma.

Así, interrogante y sospecha nos relanzan a una consideración digamos que de doble aspecto. Por un lado la de, sin renunciar a la aspiración a cambios y mejoras en lo político restrictivo o macro, asumir que en ese plano es poca la injerencia que directamente como ciudadanos podemos llegar a ejercer. Por otro, la del aparecer, la del ser y participar, en los planos micro de la existencia, en los no convencionalmente políticos desde la integridad ética. Integridad ética que llamada a vivirse en las pequeñas responsabilidades, deberá surcar los caminos del conocimiento de la realidad, su análisis crítico, la denuncia, la gestión eficaz de lo relacional y la capacidad de revisión del propio ser y hacer. En el fondo, re-creaciones del cuidado de sí de los clásicos, especie de encuentro fructífero entre parresía e isegoría que, en la fuerza de nuevos ágoras, se erija en desbloqueo de lo que ideológicamente lastra la auténtica libertad: la de construirnos y construir -en el bien- junto a los otros.

Podríamos decir, parafraseando a Hannah Arendt, que aunque la tarea, la acción sea ingente, la posibilidad de nacer a ella sigue siendo lo más valioso y genuino de nuestra condición humana.

domingo, 16 de febrero de 2014

Ética y Política (II): democracia directa vs. democracia representativa

Para los griegos, la polis, en tanto organización de lo común, permite que la frágil capacidad de ser libres -la acción y lo discursivo según Hannah Arendt- se torne imperecedera. Ahora bien, esa libertad no es entendida como libre elección, es decir, como lo entiende la moderna ideología liberal, sino como capacidad de comenzar siempre de nuevo, de optar por aquello que construye y que siempre pone en relación a unos con otros. Precisamente el sentido de libertad hoy redescubierto por posturas filosóficas y políticas como la del comunitarismo.

Hay por tanto -volviendo al mundo clásico- una organización de lo común en la que el todo como más importante que la parte, es determinante para la vida individual. Es la comunidad la que define y forma el actuar humano; de ahí el valor de lo público por encima de lo privado. Tanto, que el ciudadano ni actúa ni habla sino es en y para la ciudad, y dentro de ésta, en el ágora, en la plaza. Es en ésta donde los hombres aparecen como tales, no como otras cosas vivas: esclavos, extranjeros, artesanos, o inanimadas: bienes, mercancías. Allí, en la plaza, los que son hombres, son y cobran realidad.

De todos modos la democracia directa griega -por el hecho de su elitismo-, frente a la representativa moderna, jaquea ideas caras para nosotros: los derechos individuales, la ley, la participación, el liderazgo y el respeto de las minorías. Surgida de una necesidad: limitar el poder de tiranos u oligarcas, jamás formuló la idea de una naturaleza común -libre- de los individuos. En este sentido es más pragmatista que las democracias modernas, las cuales al verse imposibilitadas de soslayar el secular peso del derecho romano y sus posteriores vertebraciones cristianas, no pudieron no desembocar en el reconocimiento de los derechos cívicos, y progresivamente en los políticos.

Así, frente a la democracia griega, en tanto estrategia igualitaria de algunos: la del derecho a la isegoría o palabra política de los ciudadanos, derecho que en la particularidad de la ciudad-estado impidió la fijación de una élite política y la representación, la democracia moderna, en tanto derecho a la representación política de todos, no logra aún resolver un viejo problema: el del ensalzamiento de unas minorías vs. el aplastamiento de otras.

Como corolario, lo que una aporta al desarrollo histórico, la otra no sabe mantenerlo o vivificarlo. Así, la democracia directa, aún con su sesgo aristocrático: la ciudadanía restrictiva, genera un sentido de responsabilidad política máxima. El que es ciudadano tiene obligación de estar en lo público. En cambio, la democracia representativa, aún como derecho de los que son iguales: todos, no puede viabilizar instancias máximas de responsabilidad. Ésta queda de alguna manera secuestrada por la instancia de la representación. Representación que cuando se torna no-ética viene a destapar la caja de los truenos...


miércoles, 5 de febrero de 2014

Ética y Política (I): actualidad de una provocación...

Hace días decíamos que en nuestros actuales Diálogos queríamos revisar el hecho de lo político no solo desde la difícil y sentida aridez de la gobernabilidad, esa que actualmente por activa o pasiva tanto nos afecta, sino fundamentalmente desde aquellos aspectos donde lo político pueda volver a ser -en la práctica responsable de lo individual y lo colectivo- un "bien capaz de bien" para todos. Por lo tanto, dónde y cómo volver a re-crear ese "bien capaz de bien" es y será la cuestión. De ahí que comenzásemos nuestra indagación desde aquellos versos en que Brecht lucidamente nos aguijoneara acerca de nuestra conciencia política. Pues bien, como él -provocadoramente- os los dejamos...

El analfabeto político

El peor analfabeto
es el analfabeto político.
No oye, no habla,
ni participa en los acontecimientos políticos.
No sabe que el coste de la vida,
el precio de las judías, el pan, del pescado, de la harina,
del alquiler, de los zapatos o las medicinas
dependen de las decisiones políticas.

El analfabeto político
Bertolt Brecht (1898-1956)
es tan animal, que se enorgullece
e hincha el pecho diciendo
que odia la política.

No sabe, el imbécil, que
de su ignorancia política
nace la prostituta,
el menor abandonado,
y el peor de todos los bandidos, 
que es el político trapacero, 
granuja, corrupto y servil 
de las empresas nacionales 
y multinacionales.     

¿Actualísimos verdad? Pues en breve proseguiremos con nuestra reflexión, esperando como siempre que os animéis a compartir aportes e impresiones. También podéis escribir o llamar con vuestras inquietudes.
c. Perpetuo Socorro 4, oficina 3 - 50006, Zaragoza
coachsergiolopezcastro@gmail.com
616 023 822
Os dejamos un saludo cordial.

domingo, 26 de enero de 2014

Los temas de nuestros Diálogos...

Por tercera vez repetimos la experiencia de los Diálogos Filosóficos. Experiencia que como sabéis, busca a través de la reflexión compartida, recuperar el sentido que originalmente tuvo el saber filosófico: el de ayudar a "cuidarnos y conocernos". Claves que los griegos expresaban como: "cuidado del alma", es decir, como compromiso con la totalidad del ser. Claves y compromiso que hoy la Filosofía Práctica pone precisamente "a pie de calle" a través de diferentes modalidades. Una, la del Asesoramiento Filosófico; otra, la de los Diálogos. 

Pues bien, en esta ocasión sus participantes han querido que la propia indagación girase en torno al hecho de lo político. Hecho que lejos de constreñirse a su sentido restrictivo: el del poder gubernamental, quiere ser revisado en aquellos aspectos donde precisamente lo político puede ser recuperado como bien para todos. 


Por eso nuestros temas, y por eso también, la perspectiva desde la que cada uno será abordado:

Ética y Política: Cuando la necesidad de la gobernabilidad carcome el sentido de lo justo

Ética y Medios de Comunicación: El reto de resolver la no existencia de la verdad y de la objetividad

Mujer y Política: ¿La práctica del buen gobierno tiene género?

Consumo, Solidaridad y Política: Un desafío de convivencia

Sentido de la vida y Política: Cuando vivir es un acto político

De todos os iremos dando cuenta para que podáis sumaros a la reflexión y al debate a través del propio blog. Aunque como ya sabéis, ante dudas y sugerencias, podéis escribirnos o llamarnos con toda confianza.
c. Perpetuo Socorro 4, oficina 3 - 50006, Zaragoza
coachsergiolopezcastro@gmail.com
616 023 822
Os dejamos un saludo cordial.

miércoles, 1 de enero de 2014

2014: ¿compraremos humo?

Esperar que el 2014 sea mejor año que el que dejamos, significará prestar atención tanto a lo que de fuera pueda aparecer como solución a toda demanda y aspiración, como a lo que desde nosotros mismos pueda fundamentarlas. Significará estar atentos al complejo equilibrio entre el gobierno que como hecho común hayamos decidido darnos y el propio autogobierno como cuidado de sí; en el fondo, la tensa paradoja que de la mano de Foucault y de Arendt hemos venido tratando en nuestras publicaciones anteriores y en los Diálogos Filosóficos que mes a mes realizamos en el Centro Pignatelli.
A propósito, la excelente metáfora de "El Vendedor de Humo" -corto de animación premiado en la última edición de los Premios Goya- bien a las claras nos pone frente a las dos cuestiones.
Pues bien! Disfrutadla y pensadla.
Y como siempre os decimos, podéis escribirnos o llamarnos. 
c. Perpetuo Socorro 4, oficina 3 - 50006, Zaragoza
coachsergiolopezcastro@gmail.com
616023822
Os dejamos un saludo cordial.