lunes, 22 de diciembre de 2014

¡Os ha nacido un Salvador!

Cuando la razón sirve al cuidado del hombre, no a las ideas que sobre él pudieran tenerse, suele ocurrir que se llega a certezas existencial-espirituales incómodas para determinados discursos: el político, el religioso, pero también el científico-académico:

"Solo la plena experiencia de la capacidad de nacer puede conferir a los asuntos humanos fe y esperanza, dos esenciales características de la existencia que la antigüedad ignoró por completo, considerando la fe como una virtud muy poco común y no demasiado importante y colocando la esperanza entre los males de la ilusión. Esta fe y esperanza en el mundo encontró tal vez su más gloriosa y sucinta expresión en las pocas palabras que en los Evangelios anuncian la gran alegría: ´Os ha nacido hoy un Salvador`". 
(cf. H. Arendt. La condición humana, cap. IV) 

Pero sea lo que sea qué se diga... he ahí el hecho. Acogerlo en su profundidad y entenderlo, solo depende de nuestra libertad. Por eso nuestro deseo:

"Que en estos días, en la mayor libertad de la que seamos capaces, podamos saborear los destellos que nos hablan de que ´Ha nacido un Salvador`. 

Solo así el nacer -nuestro nacer- recuperará la potencia necesaria para hacernos cargo de nuestra vida y de la de los demás. 

Solo así la fe y la esperanza volverán a anidar en el mundo".


miércoles, 17 de diciembre de 2014

El hombre frente a los otros (I)

Hablar del hombre frente a los otros es hablar de ´alteridad`. De la condición de ser otro desde la perspectiva del yo, de uno mismo. Perspectiva que filosóficamente supondrá descubrir, comprender y acoger la concepción que del mundo tenga el otro. Otro que tiene costumbres, tradiciones y representaciones diferentes; precisamente las razones por las cuales forma parte del ´ellos`, no del ´nosotros`. Así, la ´alteridad` implicará ponerse en el lugar de ese otro, alternando entonces puntos de vista propios y ajenos.

Si bien es cierto que la reflexión en torno a lo que el término comprende, así como el uso del mismo, es predominantemente un producto del siglo XX (en tanto relectura de los procesos de subjetivación que en la tardo-modernidad eclosionarán tras las teorías de la sospecha primero y luego de la teoría crítica, el neo-marxismo y el estructuralismo), la ´alteridad` en cuanto comprensión del otro es un fenómeno presente a lo largo de toda la historia. Siempre la imagen del otro ha sido la referencia a partir de la cual todo sujeto, el yo de un tiempo y espacio particular, ha labrado y adquirido su auto-comprensión.

Paradójicamente, hemos sido ¿y habremos de preguntarnos si lo seguimos siendo? por oposición al otro. Pues bien, esta comprensión-por-oposición podría ser revisada -sumariamente- desde un enfoque tripartito en el cual deberíamos incluir tres momentos:
     a) el de la exclusión, en referencia al mundo antiguo y medieval,
     b) el de la convivencia pactada, en relación al mundo moderno occidental, y
     c) el de la convivencia querida que, como dinámica en ascenso aún no generalizada, se correspondería con nuestro estar en el mundo.

De estos tres momentos hablaremos en nuestra siguiente publicación.

Quedamos como siempre a vuestra disposición.
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Un saludo cordial.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Nuestros Diálogos 2014-2015: ¿Qué es el hombre?

¿Qué sea el hombre? supone reconocer en primer lugar la destrucción de la imagen jerárquica del pensamiento antiguo y medieval respecto al moderno y el nuestro. Así, mientras para los primeros las formas mentales explicativas de lo real, en tanto unidades coherentes e idénticas a sí mismas, no merecen ponerse en duda, a partir de la modernidad el problema será justamente explicar cómo llegan a tener cohesión y sentido unitario los contenidos agrupados tras nuestras percepciones y conceptos. Así, mientras aquellos creían saber qué fuera el hombre y todo en general, para el hombre moderno, el mundo (y en él lo humano) se presentará como desmenuzado en átomos y sensaciones, en partes dispersas de las que luego él tendrá que hacer, mediante la experiencia, una totalidad. Entendiendo a su vez que dicha experiencia tan solo le ofrecerá hechos, nunca realidades necesarias.

Con todo, en el desplazamiento explicativo de la cuestión -de las certezas a las dudas, de la sustancia a la relación-, la búsqueda de aquello esencial del hombre se dirimirá dentro de tendencias que si bien han sido y siguen siendo opuestas: la naturaleza o la cultura, lo inconsciente o lo histórico-social, han aglutinado nuevas profundizaciones acerca de la misma. Con lo cual ´conocernos a nosotros mismos`, aún a riesgo de que nuestra especificidad nos siga siendo ignorada, sigue siendo el centro de nuestro anhelo y conocer. Pero claro, un anhelo y conocer claramente determinados por todo lo otro que pueda aparecer frente a nosotros. Especialmente por ese otro que junto a nosotros, anhela y se pregunta lo mismo… Recordando a Martín Buber (1878-1965):

" El hecho fundamental de la existencia humana es el hombre con el hombre. Lo que singulariza al mundo humano es, por encima de todo, que en él ocurre entre ser y ser algo que no encuentra par en ningún otro rincón de la naturaleza... un ser busca a otro ser, como este ser concreto, para comunicar con él en una esfera común a los dos, pero que sobrepasa el campo propio de cada uno... el ´entre`..."


Quedamos como siempre a vuestra disposición.
Un saludo cordial.