domingo, 15 de mayo de 2016

El ´cuidado de sí`. Las vueltas al hombre y al mundo (I)

Centrar la vida en Dios y en su promesa al momento del traspaso al más allá, parece haber hecho al hombre medieval alterar sus sentidos de autonomía y responsabilidad frente a sí mismo y frente al mundo. Alteración por cierto entendible si tenemos en cuenta la precariedad que entonces suponía la vida material; precariedad agudizada por fenómenos constantes como las hambrunas, las enfermedades o el sistémico estado de beligerancia.

Con todo, serán elementos propiamente cristianos los que determinarán la búsqueda -y el paso- hacia nuevos horizontes vitales. De hecho, la centralidad concedida al hombre por encima de las demás criaturas, su irreductibilidad respecto a la naturaleza y por consiguiente, la relativización del mundo, son los presupuestos sobre los que en principio se asentarán los humanismos del Renacimiento y más tarde el deísmo racionalista.

Por eso cabe decir que en sus inicios, la Modernidad no supuso un proceso hacia el naturalismo secularista tan claramente definido como sí lo fue tras las transformaciones científicas de los siglos XVI y XVII. Al contrario, de Erasmo a Moro e incluso de Maquiavelo a Campanella, pasando por Montaigne, vemos un claro deseo: el de querer volver al hombre y al mundo desde puntos de vista capaces de plantar cara a los dualismos y voluntarismos bajomedievales, pero no el de alienar al hombre respecto del mundo como sucederá después.

No por nada Erasmo osa ensalzar a la locura -por contraposición a la cordura racional e ideológica de la Cristianitas- como vitalidad y valor que pone en movimiento a la realidad misma, o Moro incardinar el deseo de felicidad en algo tan primario y placentero como la salud. Ni que decir, que políticamente Maquiavelo, Montaigne o Campanella, resignifican el sentido de lealtad y subordinación de los súbditos frente a la indignidad y capricho de la autoridad.


¡Pero a la consciencia que comienza a ser autónoma le quedan aún cosas por experimentar! Pasar del control al dominio de lo real, de su captación a su invención, en fin, le queda ser del todo moderna...