lunes, 17 de junio de 2013

Emociones y Razón: amor de amistad y amor de pareja

En uno de nuestros últimos Diálogos Filosóficos estuvimos indagando acerca del amor, el de amistad y el de pareja. He aquí algunas de nuestras consideraciones:

Sabiendo, después de veinticinco siglos de experiencia y reflexión, que el pensamiento humano no ha logrado aún elaborar una interpretación suficientemente sólida acerca de la relación entre dichos amores, de hecho la misma parece haber basculado siempre entre la pretensión de un amor ético -y hasta a veces casi divino- y la de un amor de connotaciones sexo-genitales, creemos que la búsqueda de una tercera vía sigue siendo necesaria. 

Una vía o interpretación que posibilite el equilibrio entre todos los componentes de una y otra relación, de modo que sus elementos configuradores: diferentes niveles de reciprocidad y comunicación, permanente redefinición de lo pactado implícita o explícitamente en todo compromiso, etc. sean distinguidos e integrados a la vez y sin problemas.

Entendemos que el amor de amistad llega a tener unas permanencias que no el de pareja o sexual. Seguramente -en el caso del último- por haber sido justificado históricamente sobre una argumentación ética y religiosa que al día de hoy quizá requiera asimilar y articular el hecho de que todo lo humano guarda una cierta relatividad, es decir, que no puede ser entendido, y mucho menos asumido o impuesto, como si se tratase de un absoluto. En todo caso, la necesidad de absolutos solo es sostenible en tanto y en cuanto los mismos sean horizonte de sentido, es decir, línea utópica a conseguir por deseable. Pero nunca línea definitoria de lo concreto, de lo real, del “aquí y ahora”.

propósito, Walter Riso nos invita a reflexionar -para luego flexibilizar- sobre ciertos "dogmas" que hacen a nuestro procesar lo que él llama información afectiva. Una flexibilización que pretende, no el relativismo, sino la reubicación de los propios deseos en la realidad concreta que nos toque vivir. Por eso habla de las condiciones que debe reunir el amor, en particular el más problemático: el de pareja,  para que sea relajado y placentero.

-“El matrimonio es para toda la vida”. (Depende: si todo va bien, probablemente.
-“La separación es un fracaso”. (Depende: en ocasiones separarse puede ser una forma de éxito y liberación.)
-“El amor es incondicional”. (Depende: si mi pareja me maltrata, el amor incondicional es contraindicado.)
-“Hay que sacrificarse por la pareja”. (Depende: si la exigencia o la necesidad del otro es irracional, la dedicación deja de ser saludable.)
-“El amor justifica nuestros actos”. (Depende: si se trata de ser infiel o de explotar a la pareja, no justifica nada.)
-“El amor todo lo puede”. (Depende. Hay amores alfeñiques, insustanciales.)

Un amor dogmático, regido por un sinnúmero de reglas e imperativos, pierde la capacidad de ser creativo y de reinventarse a sí mismo. Un amor flexible mantiene su capacidad de crítica e intenta evitar los extremos dañinos y la normatividad ciega.

Pues bien hasta aquí nuestra reflexión. Esperamos que os sirva y sobre todo, os anime a seguir vosotros con la indagación.
Os dejamos un saludo cordial.

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