sábado, 24 de diciembre de 2011

Nacer desde la debilidad

Al principio existía la Palabra...
en ella estaba la vida,
y la vida era la luz de los hombres...

Evangelio de Juan



Podemos creer o no creer, también creer según mejor sea que podamos. Sin embargo, esta vieja confesión de fe da cuenta de que la eventualidad de lo Infinito y Absoluto, como principio de bien y felicidad para todos, quiere guardar relación con nosotros.
Por eso la Navidad, creamos o no, lo hagamos como lo hagamos, en lo esencial viene a recordarnos que nuestras mejores posibilidades surgen de donde surgen: desde la debilidad, asumida -no como moral de esclavos- sino como camino sin condiciones para la libertad, propia y ajena.
Por eso el Niño, creamos o no, nace para todos. Para devolvernos -desde lo Infinito y Absoluto que se abaja y queda entre nosotros- nuestro rostro más luminoso: el de seres llamados a honrar la vida.
Por eso, creamos o no, desde nuestro fondo más auténtico de hombres y mujeres -sin entrar en la coartada fácil de la bondad vaciada de sustancia, mercantilizada- podemos desearnos sincera y profundamente ¡¡¡FELICIDADES!!!
¡¡¡FELICIDADES!!! porque una vez más podemos redescubrir que "nacer desde la debilidad" es la mayor fuerza y riqueza que tenemos como individuos y como sociedad.


1 comentario:

  1. Estimado Rodolfo, muchas gracias por tu comentario a nuestra publicación; aunque la misma no tenía más pretensión que la de ser un saludo suficientemente inclusivo en ocasión de estas fechas. Un saludo que nos permitiese encontrarnos, a creyentes y no creyentes, con nuestras mejores posibilidades como existentes.
    Creemos entender tu planteamiento, pero en razón de lo anterior, consideramos que por la temática que subyace tras el mismo, debería quedar pendiente para intercambios y debates futuros.
    Reiterando nuestro agradecimiento, te dejamos un saludo cordial.

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