lunes, 6 de octubre de 2014

Política y género (III)

Para retomar nuestro tema, partamos hoy de unas provocadoras palabras: “la sexualidad como concepto no tiene más de tres siglos”. Pertenecen a Michel Foucault, quien se interesó por el tema desde una intención más bien práctica que intelectual. En efecto, con su indagación, el autor francés buscaba señalar las coartadas con las que el poder habría contribuido a edificar la identidad personal a partir de lo sexual.
Una identidad que definida desde lo que él llamó los "discursos sobre la sexualidad", determinó a partir de los siglos XVII y XVIII toda una administración (o política) del cuerpo. Precisamente la que cimentada sobre la idea de lo verdadero y lo falso, aglutinó el saber científico acerca de la normalidad con la necesidad, originalmente religiosa, de decir siempre la verdad sobre el propio cuerpo.

Foucault pudo establecer así, que frente a la designación que griegos y romanos habían hecho de los actos sexuales: los aphrodisia (en el sentido de un arte erótico, pero no de una definición de la identidad personal a partir de lo biológico o las mismas prácticas sexuales) desde el siglo XVII Occidente fue estableciendo sobre lo sexual todo un dominio coherente y fundante de lo individual: la scientia sexualis (la forma científica del discurso sobre lo sexual).
De este modo, los cuerpos humanos comenzaron a ser más claramente utilizados, cuadriculados, encorsetados. No por obedecer a una represión de la carne, al viejo modo cristiano, sino porque la sexualidad aparecerá como un amplio campo estratégico en el que ligando discursos, tácticas y modos de subjetivación, se puede ejercer el poder en función de unas necesidades productivas.

Un poder capaz de definir un tipo de placer distinto al del arte erótico antiguo… un poder que ha descubierto el placer de vigilar. Comienzan los tiempos en que los cuerpos -determinantes de la persona jurídica y social, de lo que "correctamente se es"- serán educados y reconducidos, en la familia, la escuela, la fábrica, el hospital, el manicomio, la cárcel... "Se funda entonces, nuestra sexualidad".

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